Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 29 de octubre de 2007

Santuario de la Mentorella


En su primera peregrinación fuera de Roma, el 29 de octubre de 1978 Karol Wojtyla, ya como Juan Pablo II, se trasladaba al Santuario de la Mentorella de las Gracias, a 35 kms Roma. Salía de su escoltado “encierro vaticano” y volvía a aquellos montes Prenestinos - con un cierto aire a su querida Polonia, pues el Santuario esta a cargo de los Padres Resurreccionistas polacos, orden fundada en el siglo XIX .

No le era un lugar extraño, había estado alli en numerosas oportunidades cuando era cardenal, buscando la paz y el sosiego de este rincón escondido tan cerca de Roma. Ahora regresaba, ya como pastor del rebaño universal, volvía a esa atmósfera de recogimiento a caminar tranquilamente, a orar y comunicarse con su Madre Maria, cantar el Magnificat y renovar ante Ella su “Todo tuyo”.

Estaba nuevamente allí, en esa ermita secreta adonde queria regresar ahora que era romano porque “la primera tarea del Papa es la oración…. ‘Este lugar me ha ayudado mucho a orar. Y por esto he querido también venir hoy. La oración, que es expresión de la relación del hombre con Dios vivo, es también la primera tarea y como el primer anuncio del Papa, del mismo modo que es el primer requisito de su servicio a la Iglesia y al mundo’..

Comenta el padre Adam Otrebski “el Papa transcurría la mayor parte del tiempo aquí, rezando en la iglesia. Tenía el breviario, su libro y algo para escribir. Se sentaba ante la Virgen, y cuando podía no dejaba de arrodllarse. Aquí pasaba su tiempo”… “…el papa amaba este lugar….no hay ruido….era el único momento que el Santo Padre podía descansar completamente… “el Papa venia aquí tras las huellas de María para cantar su magnificat. .. Maria fue visitar a su prima Isabel atravesando las montañas – explica el padre Adam. Grandes hombres… eligieron entre las montañas como el lugar donde pudieron encontrar a Dios, lejos de la gente, pero al mismo tiempo cerca del mundo. …donde pudieron rezar y meditar para después volver al trabajo y poder transmitir a los demás todo lo que habian recibido de Dios” (Totus Tuus, septiembre 2006)

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