Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

lunes, 17 de diciembre de 2007

Mi pesebre

Este es el corazón de mi pesebre, el mismo pesebre que embelesaba mis ojos de niña, y en el cual con toda mi ilusión infantil colocaba una “pajita” por cada obra buena para que Su “cuna” fuese menos cruda.
Esa misma niña, hoy crecida, reza ante El por todos los niños del mundo, por los nacidos y los que no dejan nacer, los bienvenidos y los meramente aceptados, los felices y los tristes, los pobres y los ricos, los que dan y los que reciben, de aquí y de allá, por todos sin excepción; por los que con el correr de los años han sabido guardar su alma de niño, y por aquellos que no lo han hecho, para que puedan, ante el Pesebre, volver a sentir en esta Nochebuena esa divina ilusión: ser niños ante el Niño Jesús.
Este es el Nacimiento que año tras año, voy armando pieza por pieza, imagen por imagen, enlazando sueños y esperanzas de cada uno de los miembros de mi familia y de mis amigos, de cerca y de lejos.
Ahora te incluyo a ti, peregrino del mundo que en tu diario caminar te detienes en esta posada, que pretende ser un humilde homenaje a alguien que supo hacernos ver con ojos nuevos lo que vislumbrábamos, pero no nos atrevíamos a expresar tan abiertamente, alguien que supo llevarnos hacia ese Alguien que nació, vivió y murió por nosotros. A ese Alguien que nos prometió: «Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo» (cf. Mt 28, 20) y
Feliz y santa Navidad a todos!

…“Queridos niños! Nace Jesús….Dentro de pocos días celebraremos la Navidad, Navidad, la fiesta de un Niño, de un recién nacido… de ese Niño, que en Navidad contemplamos en el pesebre, y que con el paso del tiempo fue creciendo… subió por primera vez, junto con María y José, de Nazaret a Jerusalén con motivo de la fiesta de la Pascua… extraordinario Adolescente venido de Nazaret no sólo hizo preguntas muy inteligentes, sino que él mismo comenzó a dar respuestas profundas a quienes le estaban enseñando….el muchacho de doce años que dialoga con los doctores en el Templo de Jerusalén. El es el mismo hombre adulto que más tarde, con treinta años, comenzará a anunciar la palabra de Dios…y mostrará un afecto extraordinario por los niños……: « Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis », « Porque de los que son como éstos es el Reino de Dios » (Mc10, 14). « Si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los cielos » (Mt 18, 3). ¡Alabad el nombre del Señor! Los niños de todos los continentes, en la noche de Belén, miran con fe al Niño recién nacido y viven la gran alegría de la Navidad” … ¡Levanta tu mano, divino Niño, y bendice a estos pequeños amigos tuyos, bendice a los niños de toda la tierra! Carta a los niños, JuanPablo II, Vaticano, 13 de diciembre de 1994.
Invito también a leer:
Exhortación Apostólica Familiares Consortio

4 comentarios:

icue dijo...

Me detengo en tu Belen, me meto dentro del mismo, y comtemplo a la Sagrada Familia y me uno a su gozo y alegria, dando gracias por el amor que Dios nos ha mostrado haciendo a su Hijo como uno de nosotros para que lo podamos querer más.
Muy feliz Navidad.

Benita Pérez-Pardo dijo...

Feliz Navidad y gracias por tu Belén!

Stella dijo...

Gracias!!! :)

Ludmila Hribar dijo...

Gracias icue, gracias benita, gracias stella. Un abrazo. Ljudmila