Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

domingo, 18 de mayo de 2008

Juan Pablo II y Paraguay - mayo 1988 - 4


CONSAGRACIÓN DE PARAGUAY A LA VIRGEN DE CAACUPÉ
ORACIÓN DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
Santuario Mariano de Caacupé - Miércoles 18 de mayo de 1988

1. ¡Salve María, Estrella de la mañana!
Con todo el pueblo del Paraguay, Santísima Virgen de Caacupé, Purísima en tu Concepción Inmaculada, Señora de los Milagros y Madre de la patria, vengo a ratificar en tu presencia la ofrenda de amor y de fidelidad que te presentan agradecidos los hijos de esta tierra a quienes acompañas en su peregrinación en la fe. Tu imagen nos habla de unión entre Evangelio y cultura nativa, del arraigo de la religiosidad popular, del atractivo que ejercen desde siglostu nombre y tu santuario.
2. ¡Virgen Inmaculada, llena de gracia!
Ante tu imagen se inclinaron las generaciones pasadas, y todos los paraguayos te reconocen como Patrona y guía. En este día venturoso te ofrezco y te confíola Iglesia entera del Paraguay, los Pastores y los fieles,los sacerdotes, los religiosos y religiosas,los seglares, las familias, los jóvenes.Encomiendo a tus solícitos cuidados la fidelidad del Paraguaya su vocación y a sus raíces cristianas,para que bajo tu continua protecciónpueda alcanzar la plena realizaciónque Tú, María, nos indicas en tu Hijoverdadero Dios y verdadero hombre.
3. ¡María de Nazaret, signo de consuelo y de esperanza!
A Ti que precedes y guías nuestro camino de fe,nuestra peregrinación hacia el futuro,encomendamos la nueva evangelizaciónque comienza en este santuario de Caacupé,al igual que comenzó en Nazaretcon el misterio de la Encarnación,y en el Cenáculo de Pentecostéscon la venida del Espíritu Santo.Tú que eres primicia de la humanidad nueva,salvaguarda los valores de la cultura autóctona,la fe que arraiga en los corazones sencillos,la profunda religiosidad del pueblo.
4. ¡Reina y Señora del Paraguay!
Reaviva en las mentes y en los corazonesel fervor de tus misterios,grabados en lo más profundode nuestra fe y de nuestra cultura,esos misterios que canta la geografía de la nación.Tu Concepción: el amor del Padre que te llenó de gracia,signo de la victoria sobre el pecado y sobre el mal.La Encarnación: el misterio del Hijo de Dios hecho hombre,la cercanía y el amor de nuestro Diosque nos ha llegado por Ti.Tu Asunción: el destino definitivo de la Iglesiaque resplandece en tu glorificacióna la derecha de Cristo, el Redentor Resucitado.Hoy anhelamos y rogamos por tu intercesiónque toda la Iglesia del Paraguay,reunida en torno a tu imagen,como los Apóstoles en Pentecostés,reciba una renovada efusión del Espíritupara proclamar el Evangeliocon la entereza de una fe profunday la fecundidad del testimonio cristiano. Sé Tú, oh María, el signo de la verdadera libertadde todos los hijos de Dios en el Paraguay,congregados en la unidad de la Iglesiade la que Tú eres modelo perfectoy Madre amorosa. Amén.

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