El cardenal Stanislaw Dziwisz celebró ayer la Misa de Todos los Santos del 1 de noviembre en el cementerio de Rakowicki en Cracovia. En su homilía, invitó recordar los niños concebidos y no nacidos y pidió oraciones por ellos y por quienes son responsables de estas vidas, “por quienes tomaron la responsabilidad de su destino en sus manos”.
“Todo cementerio no solo es un espacio de meditación sobre la vida humana, sino también un lugar sagrado que refleja las tres etapas de la vida humana – expresó el cardenal Dziwisz. “La primera es la vida en el vientre de la madre Y agradeció a todas las madres por haber “respetado nuestro deseo de tener nuestro hogar”.
Como parte de la ceremonia se realizaba una “peregrinación espiritual” a la cripta del Vaticano para orar ante la tumba del Papa Juan Pablo II, el día de su ordenación sacerdotal”·.
Después de la Misa, el metropolitano de Cracovia presidió la solemne procesión por los senderos del cementerio de Rakowicki.
“Todo cementerio no solo es un espacio de meditación sobre la vida humana, sino también un lugar sagrado que refleja las tres etapas de la vida humana – expresó el cardenal Dziwisz. “La primera es la vida en el vientre de la madre Y agradeció a todas las madres por haber “respetado nuestro deseo de tener nuestro hogar”.
Como parte de la ceremonia se realizaba una “peregrinación espiritual” a la cripta del Vaticano para orar ante la tumba del Papa Juan Pablo II, el día de su ordenación sacerdotal”·.
Después de la Misa, el metropolitano de Cracovia presidió la solemne procesión por los senderos del cementerio de Rakowicki.
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