“Recuerdo mi primer encuentro con el Santo Padre, cuando participé en el congreso que se llevó a cabo el 18/06/1983 en Czestochowa. Fue un encuentro como aquellos que, entrando repentinamente y con fuerza en tu existencia la descomponen, dejando una semilla de inquietud por la cual no puedes fingir que nada ha pasado y que tu vida sigue como antes. Aún si después del primer momento de entusiasmo buscas regresar a la normalidad, tratando de archivar aquel encuentro entre otros vividos, la semilla echada permanece escondida y en el momento oportuno, regresa con toda la potencia de su fuerza de convencimiento y de inquietud, desafiándote a abandonar la actitud de cobardía o de apatía e impulsándote a afrontar el desafío con coraje.
El Papa era valiente en afrontar las adversidades y los desafíos con coraje y con la frente en alto. Su amigo de infancia, el ing. Jerzy Kluger con el cual hablé hace algunos días, me dijo que de jóvenes frecuentemente jugaban football y “Lolek” era muy bueno como arquero. El secreto de su capacidad era su coraje en salir al encuentro del adversario y no temer de tirarse a sus pies para detener su acción. Este coraje lo llevó a afrontar muchas dificultades, adversidades y desafíos que encontró en su vida de joven, de sacerdote, de obispo y de Papa. Y fue el deseo de comunicarnos este coraje lo que lo impulsó a dirigirnos las palabras en aquel lejano 18 de junio de 1983 en Czestochowa: «Sean exigentes con ustedes mismos aún cuando nadie les exija nada».
(de Totus Tuus Nr 3 Junio 2006 “Juan Pablo II hombre eucarístico”
Texto completo de la conferencia de Mons. Oder Juan Pablo II, hombre eucarístico en Venite Adoremos.
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