Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 22 de marzo de 2011

Somos el riesgo de Dios: Reflexiones sobre los límites de la Divina Misericordia - James V. Schall, S.J. (2 de 3)

(original publicado en Ignatius Insight, Febrero 25, 2011

Traducido y publicado con permiso del autor) 2 de 3
II.
“Debemos tener presente ciertas distinciones. La primera es que, si solo existiese Dios, no existiría el mal. Así que si Dios hubiese querido eliminar el mal, todo lo que tendría que haber hecho era no crear nada. Sin embargo creó seres que podían escoger en su contra. Cualquier otro tipo no hubiese merecido la pena. Él no los creó para que eligieran así: los creo para que no lo hicieran. Pero también los creo libres. El no creo autómatas que no tuviesen opción. Los creó libres porque quería que lo amasen libremente. Si "tenían” que amarle, todo el esfuerzo hubiese sido en vano.
Así que el mal tiene algo que ver con la creación? La herejía maniquea sostenía que existían dos dioses, uno del bien y uno del mal. El dios del bien creó el espíritu y el dios del mal la materia. El libro del Génesis, rechazaba tal postura. Sostenía que todas las cosas fueron buenas en su creación incluidas las cosas materiales. El mal no es, pues, “algo” creado.
"¿Qué es el mal, entonces?" Hay quienes quieren identificarlo con el sufrimiento. Quieren "apartarse" de un mundo que incluye el sufrimiento. El sufrimiento, sin embargo, es por lo general, señal que algo anda mal en un mundo real. Si nunca hubiésemos sufrido, no sabríamos que nos pasa cuando estamos enfermos. El sufrimiento es una especie de mapa que nos señala lo que está mal.

Por otra parte, el sufrimiento no es directamente un mal moral. El sufrimiento puede soportarse. Es más, como expresara Sócrates "Es mejor padecer el mal que cometerlo." Este principio significa que existen cosas peores que el sufrimiento. La virtud de la valentía está destinada a ayudarnos a encarar el sufrimiento y el dolor, soportarlos. En efecto, el sufrimiento tiene un aspecto redentor. Desde Cristo, el sufrimiento puede soportarse por el bien y los pecados de los demás unidos a este sacrificio. Él también nos enseñó que el sufrimiento no es el peor de los males.
El sufrimiento ocurre cuando algo anda mal. Esta consecuencia significa que el sufrimiento se presenta en seres que son buenos pero no perfectos en su propio orden. El sufrimiento no es el verdadero mal, el mal básico no radica en el orden físico. Atribuimos el mal, por ejemplo, a los demonios, que una vez fueron espíritus de inteligencia superior. No podían sufrir males físicos, porque carecían de cuerpos. Pero, evidentemente, podían optar por hacer cosas malas. El mal que los ángeles caídos cometen es similar al pecado de Adán y Eva. El mal formalmente mora en seres - humanos o angélicos que poseen la libertad de elegir.
El mal por lo tanto no es una cosa, sino la falta de un bien en un ser en el que lo que le falta debiera estar presente. Pero lo que Juan Pablo II quería saber era si el mal tenia limites. Al hablar de la diferencia entre el sufrimiento en Europa del este y Europa del oeste durante la Segunda Guerra Mundial, el Papa pensaba que Dios permitió un sufrimiento mayor en el Este. La gente allí estaba más preparada a enfrentarlo que aquellos del Oeste. Se trata de la aplicación del principio de San Pablo que Dios no demanda más de lo que podemos soportar. Recordamos el principio espiritual que Dios reprende a los que ama, no porque de alguna manera lo goce sino porque le pide sacrificios a aquellos que ama para el bien de otros.”

2 comentarios:

Mento dijo...

Despues de leer esta entrada y reflexionarla he vuelto para dar mi opinión.Me a ayudado para enterder un poco mejor mi enfermedad y para que me sienta más segura de los pensamientos que Dios pone en mi cabeza. Para sentirme algo más segura y ser más responsable de la fe que me ha sido dada. Dios ha apostado demasiado fuerte por mi, como para que yo pierda el tiempo en tonterias. Gracias, me ha echo mucho bien.

Ludmila Hribar dijo...

Hola Mento, me alegro que te haya gustado, mas aun me alegro que te haya hecho bien! Habia algunos puntos en el articulo que me eran nuevos por eso pedi permiso para traducirlo. Ademas me gustan las reflexiones del padre Schall.