Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

viernes, 13 de mayo de 2011

Hoy recordamos el milagro del 13 de mayo de 1981



Hoy recordamos emocionados aquel milagro ocurrido el 13 de mayo de 1981.
Hace 30 años….de aquella bala… de aquellos disparos que por un momento enmudecieron a los fieles que asistían a la Audiencia en la Plaza San Pedro, “a una Audiencia que en realidad no llegó a celebrarse. A las 5 de la tarde, la plaza de San Pedro estaba inundada de fieles: de 30 a 40 mil romanos y peregrinos…. El Papa entró en la plaza en su "jeep" blanco y pasó, como siempre, junto a las vallas saludando a los presentes. Apenas había terminado de dar la primera vuelta, cuando sucedió el atentado. La inmensa multitud quedó atónita y sumida en la más profunda consternación. La única reacción común fue la plegaria. Los altavoces explicaron lo acaecido y la inmensa asamblea comenzó a rezar... La voz del Vicario de Cristo no llegó a oírse. Juan Pablo II tenía preparados sus discursos: la catequesis dedicada a conmemorar el 90 aniversario de la publicación de la Encíclica "Rerum novarum" de León XIII, la alocución anunciando la oración del "Consejo para la Familia" y los saludos a los diversos grupos de peregrinos.” (Audiencia Juan Pablo II 13 de mayo de 1981)

De no haber ocurrido el milagro, comentaba el cardenal Dziwisz en Una vida con Karol, “podría haber cambiado el rumbo del mundo. Difícilmente habría sobrevivido la revolución de Solidaridad y probablemente la historia de la Europa centrooriental habria sido distinta”.


Son treinta años desde que aquel “obispo vestido de blanco” escapara a una muerte casi segura. Pero “una mano disparo, otra desvió la bala” que ahora está encastrada en la corona de Nuestra Señora de Fátima en el Santuario a su honor en Fátima, que hoy celebra agradecido la beatificación de un Papa que dejó “sorprendido al mundo con su devoción mariana…. una de las marcas más profundas de su manera de ser cristiano, a la manera de María, a quien se entregó en la totalidad de sí mismo, expresado en el lema “Totus tuus” (todo tuyo), Maria ….y el Mensaje de Fátima adquirió una dimensión eclesial y universal”.

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