Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

jueves, 17 de mayo de 2012

Juan Pablo II y San Luis Maria Grignion de Monfort

María, «obra maestra del Altísimo, milagro de la Sabiduría eterna» 

El magisterio del Papa Juan Pablo II trasluce y contagia un profundo amor filial y devocion a Maria.  Guiado por su padre en la natal Wadowice Karol comenzó a  peregrinar de niño al cercano Santuario mariano de KalwariaZebrzydowska 


peregrinaciones que luego continuaron con  compañeros de escuela y amigos.   

Con ocasion del IV centenario  del Santuario el 19 de agosto de 2002 (su última visita a Polonia), en su homilía el Santo Padre  abria su corazon dando testimonio de su intima y antigua union  al Santuario: “Vengo hoy a este santuario como peregrino, como venía cuando era niño y en edad juvenil. Me presento ante la Virgen de Kalwaria al igual que cuando venía como obispo de Cracovia para encomendarle los problemas de la archidiócesis y de quienes Dios había confiado a mi cuidado pastoral. Vengo aquí y, como entonces, repito:  Dios te salve, Reina y Madre de misericordia.”

Enraizada tempranamente esta amistad mariana se fue perfilando en la persona de Karol Wojtyla como estudiante, obrero, sacerdote y finalmente como pastor para quedar  plasmada en  su escudo episcopal Totus Tuus (*) inspirándose para ello en la doctrina de san Luis María Grignion de Montfort”   (Don y Misterio

En Cruzando el Umbral de la Esperanza el Papa Juan Pablo II  en breves palabras nos confia esta entrega de su persona simbolizada en su lema:

Totus Tuus. Esta fórmula no tiene solamente un carácter piadoso, no es una simple expresión de devoción: es algo más. La orientación hacia una devoción tal se afirmó en mí en el período en que, durante la Segunda Guerra Mundial, trabajaba de obrero en una fábrica. En un primer momento me había parecido que debía alejarme un poco de la devoción mariana de la infancia, en beneficio de un cristianismo cristocéntrico. Gracias a san Luis Grignon de Montfort comprendí que la verdadera devoción a la Madre de Dios es, sin embargo, cristocéntrica, más aún, que está profundamente radicada en el Misterio trinitario de Dios, y en los misterios de la Encarnación y la Redención. Así pues, redescubrí con conocimiento de causa la nueva piedad mariana, y esta forma madura de devoción a la Madre de Dios me ha seguido a través de los años: sus frutos son la Redemptoris Mater y la Mulieris dignitatem.


Con ocasion de la Fiesta de la Inmaculada Concepcion el 8 de diciembre de 2003, celebrándose un nuevo aniversario de  la aparición del Tratado de la verdadera devoción a la santísima Virgen de San Luis María Grignion de Montfort el Papa Juan Pablo II le dirige una carta a la familia monfortiana  confirmando su espiritu mariano anclado en Jesucristo :

“Hace ciento sesenta años se publicaba una obra destinada a convertirse en un clásico de la espiritualidad mariana. San Luis María Grignion de Montfort compuso el Tratado de la verdadera devoción a la santísima Virgen a comienzos del año 1700, pero el manuscrito permaneció prácticamente desconocido durante más de un siglo. Finalmente, en 1824 fue descubierto casi por casualidad, y en 1843, cuando se publicó, tuvo un éxito inmediato, revelándose como una obra de extraordinaria eficacia en la difusión de la "verdadera devoción" a la Virgen santísima. A mí personalmente, en los años de mi juventud, me ayudó mucho la lectura de este libro, en el que "encontré la respuesta a mis dudas", debidas al temor de que el culto a María, "si se hace excesivo, acaba por comprometer la supremacía del culto debido a Cristo" (Don y misterio, BAC 1996, p. 43). Bajo la guía sabia de san Luis María comprendí que, si se vive el misterio de María en Cristo, ese peligro no existe. En efecto, el pensamiento mariológico de este santo "está basado en el misterio trinitario y en la verdad de la encarnación del Verbo de Dios" (ib.).

Internándonos en la trayectoria mariana del Papa Juan Pablo II quizas deberiamos ahondar también en la vida y obra de San Luis Maria Grignion de Monfort, inspirador definitivo y maduro de su devocion a la Madre de Dios.  Para ello invito visitar la página oficial de "La Compañía de María  (conocida también con el nombre de "Misioneros Monfortianos"), quienes allí declaran su cristianismo cristocéntrico a Jesús por Maria: “ El carácter mariano de la Compañía es un valor esencial de nuestra Congregación. María no está presente de manera accidental en la vida de los misioneros: la devoción a María es parte integrante de su vida espiritual y de su apostolado. La «perfecta consagración» a Jesús por María es el acto más significativo del carácter mariano de nuestra inspiración."

Por otra parte invito leer en la páginaoficial la fascinante historia personal de  este “Incomparable cantor y discípulo de la Madre del Salvador, a quien celebra como la que guía seguramente hacia Cristo: «Si establecemos la sólida devoción a la santísima Virgen, es sólo para establecer más perfectamente la de Jesucristo y ofrecer un medio fácil y seguro para encontrar al Señor»” (Juan Pablo II a la familiamonfortiana 1997, con ocasión de los 50 años de la canonización de su fundador) 

Allí mismo en el sitio de losmisioneros monfortianos se ofrece generosamente las Obras Completas de San Luis Maria Grignion de Monfort para consulta libre. 


 (*) abreviatura de la forma más completa de la consagración a la Madre de Dios, que dice: Totus tuus ego sum et omnia mea Tua sunt. Accipio Te in mea omnia. Praebe mihi cor Tuum, Maria)

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