Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 22 de diciembre de 2012

Dialogo imaginario con Juan Pablo II (2) Navidad


Ante todo,  como llamarlo? Santo Padre Juan Pablo II?  O simplemente Wujek?
Me gusta que me llames Wujek (tio) me trae gratos recuerdos de mis jóvenes en Cracovia, de Srodowisko…. Épocas difíciles, pero fructíferas y felices.



Bien Wujek entonces.  Y ya que estamos casi en vísperas de  esta fiesta tan especial, la “fiesta de un Niño, un niño recién nacido” me gustaría entablar esta conversación acerca de la Navidad y sus Navidades en algunos momentos de su vida.

Wujek como recuerda sus primeras Navidades en Wadowice?
Yo vivía la atmósfera serena de la Navidad, y al ver brillar la estrella de Belén corría al nacimiento con mis amigos para recordar lo que sucedió en Palestina hace 2000 años. Los niños manifestábamos nuestra alegría ante todo con cantos. ¡Qué bellos y emotivos son los villancicos, que en la tradición de cada pueblo se cantan en torno al nacimiento! ¡Qué profundos sentimientos contienen y, sobre todo, cuánta alegría y ternura expresan hacia el divino Niño venido al mundo en la Nochebuena! Sabemos lo importante que son los primeros años de vida, de la infancia, de la adolescencia, para el desarrollo de la personalidad humana, del carácter. Precisamente estos años me unen indisolublemente a Wadowice, a la ciudad y a sus alrededores….y a esa parroquia donde me convertí en hijo de Dios en esa fuente bautismal  que volví a besar una vez como Papa en mi primera visita a Polonia en 1979, visita histórica, emocionante, vibrante.

Wujek nos trasladamos mentalmente a su querida ciudad de Cracovia, donde ya antes de haber ingresado al seminario usted debió afrontar, junto a todos sus compatriotas,  una Navidad excepcionalmente difícil y triste:  la de 1939.
 Si fueron días verdaderamente trágicos cuando el “nuevo orden” de Hitler nos quiso amedrantar, borrar de nuestra patria todo vestigio de cultura polaca y sentimiento religioso.  Intentaron, sin éxito, si bien la lucha y la resistencia fue  larga y diversa.  
El disparador fue aquel 1 de septiembre de 1939 que no se borrará nunca de mi recuerdo: era el primer viernes de mes y el castillo de Wawel se convirtía en la sede del Gobernador General Hans Frank….la ocupación alemana.   Era como si la humanidad hubiera perdido la razón, presa de una locura colectiva, como si no quedara esperanza alguna…. . Se terminaron las clases…sin embargo creo que fue a partir de allí que comenzaba a tomar forma la “profecía” del querido  El Arzobispo Metropolitano de Cracovia, Príncipe Adam Stefan Sapieha cuando visitara la parroquia de Wadowice  “lastima que no estudie teología” había dicho al preguntar por mis planes de estudios. 
Después de quedar arrestados y deportados muchos profesores de la Universidad Jaguellonica en noviembre de 1939, le llego el turno a la Iglesia: arrestaron a sacerdotes y se impidió la celebración de festividades.  Y la terrible historia de los judíos con  una deportación masiva de gente, los campos de concentración, el holocausto….. los campos de exterminio, el infierno de Auschwitz….y tanto clero polaco eliminado…  pero en el lugar donde ha sido pisoteada de modo tan horrendo la dignidad humana, se ha conseguido la victoria mediante la fe y el amor.  No es de extrañar pues que haya comenzado mi primera Encíclica con las palabras Redemptor hominis y que la haya dedicado en conjunto a la causa del hombre, a la dignidad del hombre, a las amenazas contra él y, en fin, a sus derechos inalienables…

 
Otro recuerdo que nos ha quedado marcado a fuego es la experiencia inédita de Nowa Huta: aquella ciudad construida para ser una ciudad sin Dios….. La alternativa socialista y atea para la Cracovia católica. 
Si, precisamente en Cracovia-Nowa Huta se produjo un áspero conflicto por la construcción de la iglesia. Aquel barrio de muchos miles de residentes estaba habitado en su mayor parte por trabajadores de una gran industria metalúrgica que habían venido de toda Polonia. Según el proyecto de las autoridades, Nowa Huta tenía que ser un barrio socialista ejemplar, es decir, sin relación alguna con la Iglesia.  Sin embargo la nueva cruz, que se elevó no lejos de la antiquísima reliquia de la Santa Cruz en la abadía de los cistercienses, anunciaba el nacimiento de la nueva iglesia.  Cruz, sin embargo, que debio ser levantada varias veces pues cada vez que se levantaba era derribada por las autoridades.  Por eso pienso con gratitud y admiración en los párrocos que construyeron iglesias en aquellos tiempos. Mi admiración se extiende también a todos los constructores de  iglesias en cualquier parte del mundo. He intentado apoyarles siempre. Una muestra de ese apoyo en Nowa Huta fueron las misas de la medianoche de Navidad,  celebradas a la intemperie a pesar del hielo y las amenazas ….. allí donde más tarde surgió la magnífica Iglesia El Arca del Señor.

Wujek como fue su primera Nochebuena después de haber sido elegido Papa?
Debo reconocer que sentía cierta nostalgia por las costumbres polacas.  En cierta forma era un nuevo mundo, pero mis colaboradores afinaron sus sentidos haciendo lo imposible para que me sintiera “en casa”. Invitaban huéspedes polacos, a algunos amigos de Polonia…en una de las habitaciones se armaba un verdadero árbol de Navidad traído de Zakopane que las religiosas adornaban con mucho cariño. Me hubiese gustado hacerlo yo mismo pero el tiempo no alcanzaba…. Había otros árboles de Navidad en los pasillos y en el salón comedor.  Naturalmente no podía faltar el pesebre ..... Se colocaba en el pasillo y después todos los años me sorprendían con alguna novedad.  La ceremonia íntima era siempre familiar y emocionante. Leíamos las Sagradas Escrituras, después compartíamos el “oplatek”, de la misma manera que se hace en Polonia. Cantábamos villancicos antes y después de la cena, una tradición polaca muy importante.  Me gustaba cantar y me hacia feliz. Una de las canciones que mas me gustaba era Oj maluśki, maluśki …. todo lo relacionado con mis montañas me emocionaba.  Después me retiraba a mi capilla privada para prepararme…..Fortalecido por Dios podía comenzar la ceremonia en la Basilica…..siempre colmada de fieles. Nunca alcanzaban los boletos. La multitud que quedaba afuera veía todo por las grandes pantallas……  Me sentía rodeado de amigos…..en ese contexto nos trasladábamos a  aquella gruta en las cercanías de la ciudad de Belén, situada al sur de Jerusalén…. donde "en el silencio de la noche" se oye el gemido del recién nacido, expresión perenne de los hijos de la tierra….. Entre la majestad de Dios eterno y la tierra-madre, que se hace presente con el llanto del Niño recién nacido, se deja entrever la perspectiva de una nueva paz, de la reconciliación, de la Alianza…«Nos ha nacido el Salvador del mundo: todos los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios».

En sus Navidades en Roma sabemos de una visita obligada: su visita al pesebre de los barrenderos de Roma: el pesebre de los romanos y con particular orgullo “el pesebre de los Papas,” una “joya” de la fe popular en el barrio Aurelio, a pocos metros del Vaticano.
Si desde el primer año de mi pontificado nunca falte a la cita hasta el año 2002. Recordaba todas las figuras y todos los detalles de este pesebre que nació en 1972, por iniciativa de Giuseppe Ianni, quien sigue ocupándose y enriqueciendo el pesebre año tras año.  Se trata de  un pesebre muy original pues, entre otros,  está compuesto por piedras procedentes de todas partes del mundo simbolizando así la comunión de los pueblos.


Ya en Roma hubo otra Navidad difícil para usted como hijo de la nación polaca: fue en diciembre de 1981.
Si fueron momentos muy críticos y preocupantes. El General Jaruzelski reemplazaba a Edward Gierek como líder del Partido Comunsita en Polonia. En diciembre de 1981 impuso la ley marcial,  Solidarnosc  fue declarada una organización ilegal y  Lech Walesa arrestado y encarcelado junto a otros lideres.  Bajo la amenaza de perder el trabajo los ciudadanos eran obligados a firmar declaraciones que no concordaban con su conciencia y sus convicciones. Considero que violentar las conciencias es un grave daño que se hace al hombre. Es el golpe más doloroso que se inflige a la dignidad humana. En cierto sentido, es peor que infligir la muerte física, que matar: "No tengáis miedo a los que matan el cuerpo..." (Mt 10, 28), ha dicho Cristo, demostrando que es mucho mayor mal el hacer violencia al espíritu humano, a la conciencia humana.
Como polaco me sentía acongojado y preocupado, pero acompañado por las oraciones y apoyo que recibia de todo el mundo.   Fue una Navidad que puso a prueba el espíritu de los polacos, pero también una Navidad en que la nación polaca se sintió respaldada por la oración y la solidaridad manifestada por la comunidad mundial que le brindaba firme apoyo en su derecho a poder vivir la propia vida en la paz y en el respeto de los derechos humanos. Mi profundo agradecimiento por ello .

Wujek quizás una última pregunta....y se refiere al árbol de Navidad. Hay quienes dicen que su origen es pagano, que no es una costumbre cristiana. Que nos diría al respecto?
No, muy por el contrario la fiesta de Navidad, quizá la más querida por la tradición popular, está llena de símbolos, vinculados a las diversas culturas. Entre todos, el más importante es ciertamente el belén….pero junto al belén también en la plaza San Pedro encontramos el tradicional "árbol de Navidad". Se trata de una costumbre  por cierto antigua, que exalta el valor de la vida, porque en la estación invernal el abeto siempre verde se convierte en signo de la vida que no muere, el símbolo se hace elocuente también en sentido típicamente cristiano: nos recuerda el "árbol de la vida" (cf. Gn 2, 9), figura de Cristo, don supremo de Dios a la humanidad.  Por tanto, el mensaje del árbol de Navidad es que la vida permanece "siempre verde" si se convierte en don: no tanto de cosas materiales, cuanto de sí mismos: en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca. «Que significa entonces este árbol? – – Yo creo que es el símbolo del árbol de la vida, aquel árbol del que se habla en el libro del Génesis y que ha sido plantado en la tierra de la humanidad junto a Cristo. Hace tiempo el pecado cortó el enlace del hombre con este árbol. Después, en el momento que Cristo vino al mundo, el árbol de la vida fue vuelto a plantar a través de El, y ahora crece con El y madura en la cruz. Hay una relación entre el árbol de Navidad y el árbol de la Cruz del viernes Santo. El misterio pascual. Es una tradición hermosa y significativa, sobre todo porque estos árboles nos santifican. Son símbolos de vida y de luz. Cristo es vida y luz. Debo decirles  que yo personalmente, a pesar de tener unos cuantos años, espero impacientemente la llegada de la Navidad momento en el cual, es traído a mis habitaciones este pequeño árbol. Todo ello lleva un enorme significado que trasciende las edades: tanto ancianos como niños reaccionan de la misma manera, si bien en distintos niveles de comprensión»….

Para cerrar este diálogo que mensaje nos deja para esta fiesta de la Navidad, esta fiesta de la luz,  a todos los hombres de buena voluntad?
Esta noche quisiera estar particularmente cercano a quienes sufren inmovilizados en el lecho del dolor, a las víctimas de terremotos, a quienes viven atemorizados por las guerras y las violencias, a aquellos que están privados de la alegría de esta Santa Misa a medianoche en la Navidad del Señor, a quienes han caído en la desesperación, en la duda sobre el sentido de la vida y sobre el sentido de todo.  Me siento cercano a todos vosotros. A vosotros de modo especial está destinada esta alegría, que llena los corazones de los pastores de Belén, ella es sobre todo para vosotros. Porque es la alegría de los hombres de buena voluntad, de los que tienen hambre y sed de justicia, de los que lloran, de los que sufren persecución por la justicia. Que se cumplan en vosotros las palabras del Profeta: "Acreciste la alegría, aumentaste el gozo..." (Is 9, 2).
Además esta noche cada uno de los hombres recibe el don más grande! Dios mismo se convierte en el don para el hombre. El hace de si mismo el "don" para la naturaleza humana. ¡Entra en la historia del hombre no sólo ya mediante la palabra que de El viene al hombre, sino mediante el Verbo que se ha hecho carne!  ¿tenéis conciencia de este don? Estáis dispuestos a responder con el don al don? Tal como los pastores de Belén, que respondieron...Os deseo desde lo profundo de esta nueva noche de Belén , que aceptéis el don de Dios, que se ha hecho hombre.

Fuente: documentos del magisterio de Juan Pablo II y bibliografía adicional.

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