Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

domingo, 2 de diciembre de 2012

Marco Gallo : “El caso argentino; la acción pacificadora de Juan Pablo II con motivo de la guerra de las Malvinas y su rol para favorecer la vuelta a la democracia” (11 de 11) Algunos homenajes póstumos al Papa


Marco Gallo : “El caso argentino; la acción pacificadora de Juan Pablo II con motivo de la guerra de las Malvinas y su rol para favorecer la vuelta a la democracia” (11 de 11)  Algunos homenajes póstumos al Papa

“Entre los homenajes ofrecidos a Juan Pablo II por su acción pacificadora quiero señalar la carta que el presidente Néstor Kirchner escribiera al Santo Padre con motivo del 25º aniversario de su pontificado en octubre del 2003. El presidente argentino brinda palabras de elogio hacia la figura del pontífice que “ha sabido comprender e interpretar los anhelos de la comunidad de las naciones, en pos de un mundo gobernado por la paz” y rememora la preocupación por la convivencia pacífica del pueblo argentino: “es igualmente digno de recuerdo la histórica visita de Vuestra Santidad a la Argentina en 1982, que nos trajo una palabra de paz y esperanza, en el transcurso de un conflicto armado”. En este clima de memoria y homenaje se destaca el mensaje dominical que Mons. Carmelo Giaquinta, arzobispo de Resistencia dirige a su diócesis el 19 de Octubre del mismo año 2003, titulado “Juan Pablo II, hombre de la paz”. Mons. Giaquinta destaca con cierta amargura el clima de locura colectiva que se vivía: “... cuando los argentinos nos disponemos a hacernos los locos, no hay quien gane. Poco más de tres años después, cuando aun no habíamos zanjado nuestros diferendos con Chile, nos envolvimos en una guerra con Gran Bretaña. Primero se trató de darle una lección a los británicos antes de cumplirse los 150 años de la usurpación de nuestras islas Malvinas, para luego retirarnos pero obligándolos a negociar. Pero después nos pareció bueno no negociar nada. Y así se armó una guerra tristísima, que en Buenos Aires era vivida como un partido de fútbol, en la que nos engañamos hasta el final creyendo que llevábamos todas las de ganar, pero de la que solo obtuvimos muchos muertos y una retirada vergonzante”. Y luego el obispo pasa en reseña todas las diferentes iniciativas que Wojtyla intentó llevar a cabo para encontrar una salida pacífica al conflicto. Recuerda también los telegramas enviados a Galtieri y a la Thatcher para que ellos encontraran caminos de diálogo e indica “la carta a los argentinos” como “un documento memorable que merecería ser incluido en los libros de texto de nuestras escuelas”. Para el arzobispo de Resistencia la deuda de memoria de los argentinos hacia Juan Pablo II debe ser perenne:
“La guerra con Chile que no fue, y la guerra del Atlántico Sur que fue: dos mojones de la historia argentina – afirma el obispo – en los que Juan Pablo II escribió renglones decisivos. Los argentinos no lo hemos de olvidar”.
El ejercicio de la memoria que reivindica  el obispo de Resistencia a toda la opinión pública nos interroga sobre las interpretaciones de la historia reciente del país, historia compleja donde no están ausentes las sinuosidades y los caminos torcidos; en este panorama articulado la figura de Juan Pablo II se presenta, como ya se ha visto en otros escenarios del mundo, como “pontifex”, “pontífice”, es decir, constructor de puentes entre los hombres, entre situaciones que parecen inconciliables para lograr en algunos casos el cese de los conflictos o crear premisas firmes y sólidas para la instauración y el afianzamiento de procesos democráticos como ha sucedido, después de la derrota bélica del régimen autoritario, en el caso argentino.”

(no he publicado la Bibliografía consultada. Si alguien quisiera tenerla agradeceré mandarme  un email)

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