Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

domingo, 10 de febrero de 2013

Karol Wojtyla: la comunión de la palabra con la Palabra (2 de 2) Introducción





En el verano de 1938 se instalan con su padre en Cracovia, “su” ciudad,  - en una segunda y vital etapa de su vida - para que el joven Karol estudie filología polaca en la Universidad Jaguellonica. Karol se siente atraído por el estudio de la lengua misma, que lo llevaria a “ horizontes completamente nuevos, por no decir en el misterio mismo de la palabra” esa palabra que “antes de ser pronunciada en el escenario, vive en la historia del hombre como dimensión fundamental de su experiencia espiritual. En última instancia, remite al insondable misterio de Dios mismo” (Don y Misterio).   “A propósito de los estudios, deseo subrayar – agregaba - que mi elección de la filología polaca estaba motivada por una clara predisposición hacia la literatura. Sin embargo, ya durante el primer año, atrajo mi atención el estudio de la lengua misma. Estudiábamos la gramática descriptiva del polaco moderno y al mismo tiempo la evolución histórica de la lengua, con un particular interés por el viejo tronco eslavo.”


Si se puede hablar de una primera vocación,  la de Karol Wojtyla fue la palabra hablada, la palabra viva  acompañada de la palabra escrita desde la temprana época de Wadowice en primeros textos que nunca fueron publicados,  (Krzysztof Dybciak)  pero que recuerdan sus compañeros. Prosiguió escribiendo durante sus estudios en Cracovia;  en 1939 completo un volumen de poesía titulado El Libro Eslavo, sus primeros trabajos literarios conocidos poseen fuerte tenor patriótico. “De su correspondencia con Kotlarczyk extraemos  su admiración por los poetas románticos polacos, la filosofía de Cyprian Kamil Norwid, la poesía de Jan Kasprowicz, y el teatro de Stanislaw Wyspianski.  Su primer trabajo literario publicado fue Canción sobre al Dios oculto que apareció en 1946.  Los escritos de Wojtyla muestran la búsqueda insistente de sintetizar los multiples tipos de comunicación interhumana.  A partir de 1956  los problemas presentados en su poesía se amplían.  Es la época de su La cantera, La Iglesia”.  

 “Muchos de sus sermones – agrega Dybciak en su epílogo a la edición bilingüe de poesías publicada por Wydawnictvo Literackie - “han encontrado un lugar importante dentro de la literatura polaca y quizás dentro de la historia polaca.”  Recordemos sus homilías de Nowa Huta, las homilías de Navidad, de Corpus Christi, sus homilías en defensa de los derechos  de los ciudadanos, por la libertad, la dignidad del hombre (tema que luego sería el corazón de su primera encíclica Redemptor Hominis.   El estudio y el análisis de su palabra escrita promete ser  demandante y largo y si  agregamos sus clases en la Universidad Católica de Lublin que exigen cierta preparación.  (Invito leer  Lafilosofía personalista de Karol Wojtyla de Juan Manuel Burgos)    nos encontramos ante una lectura nada fácil,  como nos anticipa Burgos.

 “El redescubrir la palabra a través de los estudios literarios y lingüísticos, me acercaba al misterio de la Palabra, de esa Palabra a la cual nos referimos cada día en la oración del Ángelus: ''La Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros'' (Jn 1, 14). Comprendí más tarde que los estudios de filología polaca preparaban en mí el terreno para otro tipo de intereses y de estudios. Predisponían mi ánimo para acercarme a la filosofía y a la teología. “(Don y Misterio)   

Cito aquí solo dos textos de su obra literaria, dos momentos de una misma llamada (con toda una vida de por medio):

El primero un “comienzo” El Magnificat escrito en primavera-verano de 1939.   Un esbozo de su devoción mariana, un canto de gloria, de gracias, de bendiciones de un “servidor orante”  “joven roca sobre el Tatra inclinada” ansioso que su patria se transforme en una “abierta sementera” (la futura chispa de la Divina Misericordia?)  


El segundo: un “legado”  El Tríptico romano, escrito ya desde la sede de Pedro.   “Un sorprendente poemario que a Karol Wojtyla se le ha escapado del alma – ¡a sus 82 años y bajo la blanca túnica de Sumo Pontífice!”   

El primero la expresión de una vocación incipiente? que algunos llaman tardía ? No lo sabremos pues el mismo Juan Pablo II al hablar de ella nos dice: “En los comienzos….¡El misterio! ¿Cuál es la historia de mi vocación sacerdotal? La conoce sobre todo Dios.”



Al elegir el lugar para celebrar sus primeras Misas no lo duda: la cripta de San Leonardo en la catedral de Wawel porque “Quería destacar mi particular vínculo espiritual con la historia de Polonia, de la cual la colina del Wawel representa casi una síntesis emblemática.”  Pero no sólo eso. Había, en esa elección, una especial dimensión teológica. Como he dicho, fui ordenado el día anterior, en la Solemnidad de Todos los Santos, cuando la Iglesia expresa litúrgicamente la verdad de la Comunión de los Santos -Communio Sanctorum-. Los Santos son aquellos que, habiendo acogido en la fe el misterio pascual de Cristo, esperan ahora la resurrección final.  También las personas, cuyos restos reposan en los sarcófagos de la catedral del Wawel, esperan allí la resurrección. Toda la catedral parece repetir las palabras del Símbolo de los Apóstoles: "Creo en la resurrección de los muertos y en la vida eterna''. Esta verdad de fe ilumina la historia de las Naciones. Aquellas personas son como "los grandes espíritus" que guían la Nación a través de los siglos. No se encuentran allí solamente soberanos junto con sus esposas, u obispos y cardenales; también hay poetas, grandes maestros de la palabra, que han tenido una importancia enorme para mi formación cristiana y patriótica.”

En Piekary decía: “La fe es la Palabra de Dios Viviente hablada al hombre. Eso es todo? No, es solo la fuente. La fe es la respuesta del hombre viviente dada al Dios viviente;  con la mente, con el corazón, con la vida entera. El hombre viviente responde al Dios viviente en la fe….La Fe comienza en la Palabra de Dios y se expresa en la palabra del hombre.” (Karol Wojtyla en Piekary) 

Hay diversas maneras  para analizar exhaustiva y profundamente la rica herencia escrita y de vida de Karol Wojtyla/Juan Pablo II, pero en  ningún caso deberán  omitirse los comienzos mismos en su natal Wadowice.    El mismo lo decía durante su visita de 1999 “aquí, en esta ciudad de Wadowice, comenzó todo para mí: la vida, la escuela, los estudios, el teatro... y el sacerdocio.

Invito consultar en el sitio de la Santa Sede:

A partir de allí los caminos y recursos que se abren son múltiples,  variados, extensos…..  

1 comentario:

Ana Márquez dijo...

Un bello blog espiritual, felicidades :-)

Te invito al mío, por si te es de ayuda en tu crecimiento personal

http://frasesdedios.blogspot.com.es/

Feliz tiempo de Cuaresma y un abrazo en la luz del Creador.