Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

sábado, 9 de enero de 2016

Voy a prepararos un lugar….


«En la casa de mi Padre hay muchas mansiones, voy a prepararos un lugar…»

Ese «preparar» se convierte en cierto modo en sinónimo de aquella diakonia, de aquel servicio por medio del cual el mismo Cristo sirve a todos y a cada uno. Ojalá no le estorbemos en este servicio, sino que le ayudemos.
Partimos de las palabras «no he venido a ser servido sino a servir», pues se encuentran en el mismo centro de esta dimensión de la existencia cristiana cuyo nombre es diakonia. Esta dimensión proviene directamente de Cristo, está en Él y de Él es. EN esta dimensión Dios viene al mundo: haciéndose hombre. Como hombre-criatura se hace siervo, pues cada hombre es siervo de Dios. Este es el orden de la creación. Cristo viene a repararlo (ya que le hombre ha rechazado ese servicio) y por eso sobre todo lo acepta.
Pero a la vez lo revela, manifiesta el sentido del servicio, oculto en la Paternidad Divina. Heaquì que en Él, en Cristo, en cierta manera Dios sirve al hombre, se pone al servicio de su salvación. Sirve y no deja de servir: este «servir a la salvación del hombre» de Cristo perdura en la Iglesia, en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía. Pero ese orden de servicio y dominio (Señor y a la vez Siervo), como invertido, tiene un profundo motivo. Una cosa es servir por justicia y otra servir por amor. Cristo revela este segundo sentido del servicio y lo introduce en la vida de la Iglesia y en la historia de la humanidad.
El servicio en su dimensión de justicia significa únicamente dependencia y subordinación, y además está sometido a la medida de lo servil. El servicio por amor resalta la soberanía de la persona, su «realeza»: servir a Dios significa «reinar».
De acuerdo con estas premisas, toma forma aquella dimensión esencial, por ser «cristofórmica». Por medio de esta dimensión se realiza una fundamental metanoia (transformación de la mente), un hito en la humanidad, camino del cristianismo.  El alcance de este cambio es amplísimo, alcanza el campo de la política («yo aquí gobierno…yo aquí sirvo, de la vida social, de las relaciones humanas.  Tiene un significado enorme, esencial para la comunidad, y en particular para la comunidad de la Iglesia. Pues mientras que el único punto de referencia personal adecuado para el hombre en esta actitud de servicio es Dios, en otro sentido lo es también la comunidad como lugar de numerosos servicios, como lugar de cumplimiento del hombre en un ministerio múltiple. Los carismas son indicación del significado de este ministerio, dan forma a su teología.
Así pues la diakonia como dimensión de toda la existencia cristiana debe ser tema y fin de una formación consciente de cada cristiano, en especial del sacerdote, del obispo. En esta formación tiene un significado fundamental la teología del servicio, pero también la psicología de este (actitud de servicio-instinto de notoriedad: significas tanto como sirves), la caracterología, la ascesis del servicio ligada al amor de la comunidad.
A Cristo-Servidor nos lleva su Madre: Esclava del Señor.”
     
(Juan Pablo II de JUAN PABLO II – Estoy en tus manos – Cuadernos Personales 1962-2003, págs. 186/7/8 publicado por Planeta, 2014)


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