“Este fin de semana fue, por un lado, bastante
exigente y cansador... Mucha caminata, las incomodidades del Campus, frío a la
noche, muchísimo calor a mañana, y mucha lluvia al volver... ¡Un combo
completo! Pero todo suma para esta experiencia tan hermosa de haber participado
en los eventos centrales de la JMJ Cracovia 2016: la Vigilia ayer y la Misa
conclusiva hoy. Un clima espiritual muy intenso. Un Papa que, aunque se lo
notaba cansado y algo avejentado respecto a la JMJ de Río 2013, habló con el corazón y supo tener la
palabra justa para los jóvenes hoy. Algunas palabras que me resuenan... Misericordia,
por supuesto, el gran desafío, la gran misión. Fraternidad... ese gesto que nos
pidió de unir todos nuestras manos fue elocuente por si mismo. La importancia
de que el mundo nos mira y de que tenemos que dar un verdadero testimonio
cristiano en un mundo que elige la división y el enfrentamiento. El hecho de
que la JMJ no termina sino que comienza hoy, que esto hay que traducirlo en el
día a día. La frase final de que San Juan Pablo II desde el Cielo nos sonríe,
nos bendice y nos ayuda. Una hermosa gran experiencia que, esperemos, pueda dar
muchas frutos en la Iglesia en todo el mundo. ¡Bienaventurados los
misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia!”
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