Llamados a ser santos

Llamados a ser santos
“Todos estamos llamados a la santidad, y sólo los santos pueden renovar la humanidad.” (San Juan Pablo II).

martes, 28 de noviembre de 2017

"Amoris laetitia" Robert A. Gahl, Jr. : Una respuesta a la lectura de Rocco Buttiglione


Sanar mediante el arrepentimiento

“…Buttiglione, anteriormente ministro italiano de cultura y experto en la filosofía del Papa Juan Pablo II, ha intentado defender a Francisco de los críticos conservadores que sostienen que el Papa ha roto con la enseñanza de Juan Pablo II acerca del divorcio y un nuevo matrimonio.

Con un enfoque populista centrado en el "sensus fidei" de los católicos sin el estorbo de teorías teológicas, Buttiglione sostiene que una interpretación simple de "Amoris laetitia" es también la más fiel, la única capaz de entender y apreciar la novedad pastoral propuesta por el Papa.

Pero desgraciadamente la interpretación de Buttiglione acerca de la distinción entre moralidad objetiva e imputabilidad subjetiva, una distinción subrayada y desarrollada en "Amoris laetitia", es engañosa. Si se la tomara en serio, con sus plenas implicaciones pastorales, fomentaría un enfoque pastoral despiadado, y no misericordioso, sobre los pecadores arrepentidos.

Buttiglione afronta la cuestión especialmente controvertida que plantean los pasajes más difíciles de "Amoris laetitia": si una persona que está divorciada y casada de nuevo civilmente, o es simplemente convivente, puede o no recibir la santa comunión.
Hace hincapié en la distinción entre objetivo y subjetivo para observar que una persona que comete lo que es, objetivamente, un pecado mortal podría no ser, subjetivamente, culpable de ese pecado y, por lo tanto, podría ser dispensada de la plena responsabilidad. Dicha persona podría sentirse atrapada y lamentar lo que la ha llevado a este dilema, sin saber cómo resolverlo.

Todo esto es verdad. Pero Buttiglione va más allá y sostiene que el confesor debe decidir si el penitente puede ser admitido a los sacramentos sin ser guiado por principios predeterminados. Los principios predeterminados llevarían a la casuística y, además, "la variedad de situaciones y circunstancias humanas es demasiado amplia" para que aquellos la cubran. De este modo, el pecado cometido por una persona que sigue teniendo relaciones sexuales con otra persona con la que no está casado puede no representar una culpabilidad grave. Así, Buttiglione implica al confesor, que puede abrir la puerta a los sacramentos sin asegurar el pleno arrepentimiento del penitente.

Pero mientras Buttiglione tiene razón en decir que algunos pecados del pasado pueden no ser subjetivamente imputables, su sugerencia de que el confesor pueda dar al penitente un "pase" gratuito por dichos pecados en el futuro no puede conciliarse con la tradición, que sostiene que los pecadores habituales deben arrepentirse para ser perdonados y que su arrepentimiento debe incluir un firme propósito de enmienda (ver Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1451 y Concilio de Trento, DS 1676). Jesús le dice a la mujer sorprendida en adulterio: "Anda, y en adelante no peques más" (Jn 8, 11). Los buenos confesores saben guiar a sus penitentes hacia un pleno arrepentimiento, ayudándoles a reflexionar sobre lo que pueden hacer para liberarse de una situación difícil o, también, de un dilema aparente. Al ayudar al penitente a adquirir un firme propósito de enmienda, el pastor le hace un favor, instruyéndole así en la plenitud de la verdad de Jesús.”


(Invito leer completo en  Chiesa Espresso) 

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